(Fuente: diario "La Tribuna", 5/2/1939)
Las numerosas
familias que se habían congregado el domingo en Puente Márquez se retiraron
penosamente impresionadas por el doloroso accidente de que resultó víctima una
señora domiciliada en Castelar y que había concurrido a pasar el día a orillas
del río.
A estar a las
informaciones que hemos recogido personalmente en el lugar, parece que la
señora Juana N. de Rodríguez, argentina, de 42 años, domiciliada en la calle
Río Bamba 662 de Castelar, se hallaba en Puente Márquez en compañía de su
hijito Raúl Héctor, de 6 años de edad y de un matrimonio de amigos en cuya casa
vivía.
A las 14 horas,
luego del almuerzo, la víctima, desoyendo consejos, se arrojó al río para
bañarse, desapareciendo al instante bajo el agua que en ese lugar alcanza a dos
metros de profundidad.
El esposo de la
amiga de la accidentada intentó auxiliarla, pero no sabiendo nadar, estuvo a
punto de correr igual suerte.
A los gritos de
auxilio acudieron unos boteros que rescataron el cuerpo y lo condujeron con
urgencia a la costa, donde numerosas personas, turnándose y en forma
continuada, intentaron provocar la reacción por medio de la respiración
artificial, tarea que sostuvieron por espacio de 45 minutos.
Finalmente, ante
la inutilidad de los esfuerzos realizados el cadáver fue cubierto y se esperó
la llegada de la policía de Ituzaingó, representada por el oficial A. Mezzetti,
quien vino con la ambulancia de la Asistencia Pública de 6 de Septiembre.
Produjo honda
impresión entre los presentes la congoja del hijito de la víctima, que apoyado
contra la ambulancia lloraba amargamente la pérdida de su madre.
Como la víctima
no tiene otros deudos, el cadáver, una vez cumplidos los requisitos legales,
fue depositado en el cementerio de 6 de Septiembre para su inhumación, luego de
la autopsia correspondiente.
La subcomisaría
de Ituzaingó instruye sumario con intervención del Juez del Crimen de Feria,
doctor Moreno Bunge.